Querer es poder, y sin duda los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la USC pueden. Existe el miedo, pero el afán de superación le hace frente con aires renovadores. Al principio me sorprendía el titular, “o xornalismo non ten saídas” del artículo de Fernando Barros, y pensé que, con esos ánimos, cualquiera diría que Fernando no apuesta por su profesión. Luego comprendí a lo que se refería: ese “intrusismo” inevitablemente acompañante del periodismo y del que no se libra ni a la vuelta de la esquina es lo que conlleva que nuestras salidas estén cerradas con llave y casi blindadas al fracaso. Pero eso sería rendirse en la batalla a la primera de cambio. Esa “preparación continua” de la que habla este joven que tenía por destino ser jurista como sus antepasados, es la clave para ganar la guerra o por lo menos, firmar un tratado de paz para que exista esa compatibilidad entre profesionales de los distintos ámbitos.
Alba Chao es más optimista y regala palabras alentadoras a los futuros profesionales. Unos ánimos que sin duda valen su peso en oro para todos esos que entraron un par de meses atrás con la ilusión de escribir sus primeras líneas, esos que de aquí a un mes serán titulados, o esos que ya viven en su propia piel lo que en su día el profesor Xosé López les dijo, y les dirá a todos alumnos de “ir, ver e contar”. Esa curiosidad y escepticismo de los que Alba habla son sentimientos por los que todos los que elegimos esta profesión experimentamos en algún momento de nuestras vidas, pero esperemos que sea el bicho de la curiosidad el que más pique y el que gane la batalla para ser compañero inseparable de la información.
Su tocalla y compañera de clase, Alba Naveira, se centra en que si hay algo que diferencia a las personas es su manera de contar. Y es que ver, vemos todos, pero el modo de narrar la realidad es la esencia del buen periodista. ¿Los hechos son lo que parecen? Al igual que las apariencias engañan, detrás de cada acontecimiento se esconden un sinfín de causas y porqués que lo han motivado, é ahí la gran importancia de la figura del periodista. De nada sirve que nos cuenten tan sólo qué sucedió sino entendemos las razones que muchas veces van más allá del simple hecho en sí, por lo que la adaptación a los cambios resulta de vital importancia y de ese modo la figura de este “contador de historias profesional” no desaparecerá.
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