La última hornada de jóvenes periodistas que están a punto de salir de las aulas de
En esta línea habla Manuel Rodríguez para el diario Galicia Hoxe. Mantiene que “apenas quedan medios independentes”, y es que hoy las presiones a los que el periodista tiene que hacer frente, sobre todo políticos y económicos condicionan su tarea al máximo. Comparto esta opinión al igual que el pensamiento “romántico” del periodista que lucha por defender a los indefensos y por la más absoluta verdad. Atrás han quedado los utópicos Bernstein y Woodward, periodistas que destapaban con el caso Watergate la corrupción que logró derrocar al presidente Nixon y defendían las premisas más altivas de la comunicación. Quizás como dice Manuel, sea Internet la escapatoria donde se encuentre un periodista que no dude en investigar y no amedrentarse ante los condicionantes que se le impongan.
Alba Pinto también se pronuncia. Con ironía o sin ella, plantea diferentes cuestiones: “Quen non entra pola porta o primeiro día soñando con grandes reportaxes, correspondentes no estranxeiro e un modesto oco na historia do Xornalismo?”, “Por que ninguén me parou os pés cando decidín ser xornalista?”... Preguntas que asaltan la mente de estudiantes y ya profesionales del sector, y que golpean como un martillo sus cabezas intentando encontrar una respuesta. La causa: el “negocio e as moedas”, las grandes culpables destructoras del ideal utópico, pero ¿por qué no añadir una pizca de azúcar para que el caramelo no resulte tan amargo? Crear un “novo” periodismo es la clave, y es a ello a lo que habrá que atenerse en la labor de cambio de la situación y para que se difuminen estos pensamientos de los que se aventuran y los que ya están en el camino del periodismo.